miércoles, 15 de junio de 2016

Un nuevo aporte para compartir!!

5° ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
TIEMPO LIBRE Y RECREACIÓN*.
Conferencia de Apertura
Durazno- Uruguay

Recreador y Socioanalista Fabián Vilas
Director Colectivo Centro Recreándonos / Montevideo- Uruguay
12/ 10 / 2002




Presentación

Nuevamente nos encontramos en un Encuentro Internacional de Tiempo Libre y Recreación, el quinto. Es muy grande la satisfacción de poder estar aquí con todos ustedes, participantes, disertantes, colaboradores, amigos y amigas.
A pesar de la situación en la que nos encontramos como país, como continente, nos pareció desde la organización el año más adecuado parta generar este espacio de encuentro y reflexión sobre las temáticas que nos son comunes.

Es así que como dice nuestro amigo Robert Rossella: ... “ La transformación del mundo es una utopía, no una quimera, debemos redoblar el paso cuando las sombras acechan...” , es por eso que hoy nos encontramos aquí.

Desarrollo.

En esta oportunidad nos inmiscuiremos en los temas de la Recreación y la Educación, su relación, su tensión y su posible articulación.

En las dos últimas décadas la recreación ha cobrado una importancia fundamental tanto para la sociedad civil, como para los estados. Eventos de todo tipo, programas y planes públicos como privados se han realizado con un mismo propósito: tomando a la recreación como un aspecto importante para el desarrollo de la vida humana y el mejoramiento de la calidad de vida. A su vez presenciamos la aparición de programas de recreación específicos en los ámbitos educativos formales. Estos toman elementos de la recreación, el juego  y las actividades al aire libre como  propuestas pedagógicas que complementan el quehacer educativo cotidiano.

Teniendo en cuenta esta rápida y escueta descripción, vemos necesaria la discusión profunda sobre la articulación y la  complementariedad, en el caso que existiera,  de la recreación como fenómeno socio-cultural y modelo socio-educativo con la educación formal. Creemos necesario compartir nuestro concepto de recreación, así poder más tarde mencionar de forma sintética las posibles líneas de acción entre esta y la educación.

Recreación

La Recreación como término a definir y fenómeno social, viene siendo tomada en cuenta por las Ciencias Sociales desde mediados del siglo veinte. En la actualidad nos encontramos con un sin número de ensayos y trabajos sobre la recreación tanto a nivel conceptual, desde una gran necesidad de definirla, como a nivel  de la práctica, donde podemos encontrar grandes repertorios de actividades y técnicas para el trabajo concreto con grupos, en diferentes ámbitos y escenarios.

Al menos en Latinoamérica se viene desarrollando lo que denomino un movimiento recreativo donde podemos encontrar distintos profesionales provenientes de universidades, tecnicaturas, cursos y talleres comunitarios, profesionales, como también una gran cantidad de jóvenes autodidactas, que encuentran un canal válido para desarrollar su vocación de servicio y por qué no su militancia social.

La Recreación sigue siendo un tópico interesante para profesionales de las ciencias sociales si tenemos en cuenta que deviene en espacio de identificación de una dinámica social, en tanto el estado de las prácticas recreativas de una sociedad la caracteriza y le dan un sello particular.

De hecho la recreación ha sido objeto de análisis y conceptualización desde distintas miradas y posturas ideológicas. Podemos encontrar profesionales y teóricos que cuando se refieren a ella lo hacen nombrando un mundo de ofertas correspondiente a la industria del ocio, que hace posible la ocupación del tiempo libre de los sujetos. Otros que enfocan de manera fundamental al fenómeno a partir de la experiencia vivida por los sujetos al experimentar distintos sentimientos y situaciones que otorgan la realización de cualquier actividad recreativa. U otros como nosotros, que enfocamos este tópico como la posibilidad de socializarse generando condiciones saludables  así pudiendo acceder al patrimonio cultural común de los pueblos.

Ahora bien, pero qué entendemos por Recreación?

Desde nuestro esquema referencial teórico-práctico entendemos que la recreación se constituye desde dos aspectos, uno el antropológico y el otro el organizacional.

Consideramos a la Recreación desde una visión antropológica como un fenómeno que permite el acceso a nuestro patrimonio cultural común. A esta podemos situarla como una toma de posición que facilita satisfacer esa necesidad de encuentro, diversión, placer y libertad. Donde muchas veces los sujetos nos encontramos con nuestras propias limitaciones, viviendo situaciones de displacer.

Estos aspectos aportan a la resolución de la problemática de la identidad, en términos de necesidad de identificación, de reconocimiento en el contexto social. De hecho podemos definirla como el conjunto de actividades y/ o  acciones que tienen como objetivo el desarrollo pleno del sujeto en su contexto social y en el marco de su libertad para elegir. Y que están atravesadas por un sentimiento de placer y renovación permanente.

En las actividades de carácter recreativo está involucrada una nueva percepción de lo cotidiano del tiempo, que facilita la no-repetición, el vivir los espacios de todos los días de otras formas, así como los vínculos que se establecen con los otros. La recreación implica y lo implica a un sujeto dado en su entorno y a las relaciones que él mismo sostiene, en una situación de vivencia cotidiana diferente.

El aspecto organizacional se constituye por lo que hemos denominado recreación organizada. En concreto esta es en la que generalmente se buscan cumplir determinados objetivos, tiene una determinada intencionalidad, aplicando métodos y medios, y utilizando espacios físicos adecuados a las diferentes propuestas. Se trata de ni más ni menos que de formas instituidas de recreación, en las que los destinatarios y los hacedores de las mimas se diferencian notoriamente.
Hacia esta es que se orienta la formación de los recreadores, ludo-educadores, animadores, recreólogos, etc. en tanto generadores de dispositivos de intervención en lo social y lo cultural y lo educativo.

De hecho entendemos a esta Recreación como modelo de intervención socioeducativo y cultural, con acciones de práctica social dirigidas y destinadas a generar espacios y situaciones de sociabilidad diferentes. Tratará de poner en relación a los sujetos por medio de técnicas, actividades y acciones que potencien la participación social y cultural, así como la construcción de una ciudadanía activa a la hora que favorece el acceso al patrimonio cultural común de todos y todas.



Relación entre la educación y la recreación.

Es necesario entender que la recreación no puede quedar dentro de la educación formal como una mera actividad compensadora, canalizadora de energías, ni tampoco como  instancias para el descanso de la tarea ardua y rígida que el sistema educativo propone diariamente.

Desde nuestra concepción la recreación es un fenómeno humano y es por ello que se hace necesario brindarle el lugar que debe tener en todo dispositivo educativo. Pero de qué dispositivo estamos hablando? Obviamente de un dispositivo que no se base solamente en la reproducción de un saber que viene de otro, ni tampoco como un mero dispositivo disciplinante e inhabilitante de los verdaderos aprendizajes.

Toda organización educativa que se aprecie de tal debe portar un dispositivo posibilitador, esto es que contemple realmente las características de sus participantes. El desafío de todas las organizaciones tanto públicas como privadas está en formar sujetos conocedores pero a la vez conscientes de sí mismos y protagonistas de su propia historia, que sean capaces de apropiarse de su realidad transformándola.

La necesidad de los sujetos de recrearse se re dimensiona en el cualquier ámbito educativo. Sin embargo hay que preguntarse ¿ en qué medida pueden los sujetos satisfacer esta necesidad ante las exigencias de un sistema que privilegia la imposición frente al protagonismo y el razonamiento libre?.

Estamos convencidos que se deben abandonar los caminos equivocados que se han recorrido en lo educativo. Esto obliga a las instituciones y organizaciones a criticarse, refundarse para no seguir reproduciendo un sistema que aliena y excluye  y solo premia al ganador y más competente, con el énfasis en la competencia. Hay que aceptar y comprender que los sujetos que están en el proceso de aprendizaje son diferentes y tienen necesidades distintas y hay que atenderlas. Deberán entonces, las instituciones y organizaciones educativas tomar posición sobre la realidad social criticando, proponiendo y produciendo.

Nuestra propuesta de intervención social desde la Recreación está enmarcada en la perspectiva amplia de una construcción de nuevas relaciones de comunicación y de nuevas relaciones de poder y dominación. Estas implican encarar a la diferencia no como un rasgo inferiorizante, no como un aspecto que me reafirme por la oposición al otro, sino como la posibilidad de descubrir nuestra relatividad cultural y nuestra posición de productores sociales. La posibilidad de reconocer al otro en la diferencia nos está dando la oportunidad de reconocer esa relatividad cultural que de otra manera es vivida como simple normalidad.

Las condiciones para la construcción de esas lógicas que mencionamos serán posibles en el momento que apostemos a una pedagogía del acompañar. La misma apuesta a generar condiciones más humanas para el aprendizaje de los sujetos. Creemos firmemente en el desarrollo de lo grupal como experiencia de resistencia,  portencializadora del sujeto y por ende de una nueva sociedad. El apostar a lo  grupal implica el intervenir en todo proceso de aprendizaje desde una posición que se base en el generar y sostener al mismo, y a su vez acompañar todas aquellas manifestaciones, desafíos y búsquedas que en él se den, como también el establecer estrategias y aplicar herramientas propias de una educación participativa.

Por ello proponemos a la recreación  y a las acciones lúdicas como privilegiadas para el potenciamiento y desarrollo de una nueva sociedad  construida entre todas y todos.


Muchas Gracias.




*Encuentro organizado por el Centro Recreándonos y el Foro Permanente de Tiempo Libre y Recreación, con el apoyo de la Intendencia Municipal de Durazno

jueves, 9 de junio de 2016

A recordar!!





Estimadas Amigas y Estimados Amigos

Desde el pasado 27 de noviembre del año 2015 el Foro Permanente está registrado como agrupación en el Dialogo Social.

El Diálogo Social es un proceso organizado y convocado por la Presidencia de la República. Tiene como objetivo principal promover un amplio proceso de diálogo en nuestro país con miras al Uruguay del futuro.
El propósito es que la sociedad civil organizada y/o el sector público generen propuestas sobre temas relevantes para el país con una visión de largo plazo. Las propuestas serán discutidas y analizadas en Mesas de Diálogo, que serán integradas por especialistas en las temáticas, instituciones registradas en la web de Diálogo Social y actores del gobierno. Las Mesas de Diálogo como resultado final, elaborarán un informe con las propuestas, con el fin de generar políticas públicas. La convocatoria está destinada a la sociedad civil organizada y el sector público.

Será una muy buena oportunidad de generar incidencia desde la opinión y  la acción.

Salu!!!

Equipo Animación Foro Permanente
skype: foro.recreacion
twiter: @foroTiempolibre

Otro aporte interesante!!

Participación
Un tema para la Recreación, la Recreación Educativa y la Animación Sociocultural

Textos producidos como parte de las tareas del Departamento de investigación
istlyr- buenos aires

Participación: un tema para la Recreación, la Recreación Educativa y la Animación Sociocultural.

Prof. María Fernanda BARNES. Agosto 2007

La anécdota.

           Durante el 2005 y parte del 2006 una Comisión formada por estudiantes, graduados y docentes del ISTLyR trabajó sobre distintos temas con la intención de producir documentos[1] en vistas de un cambio de plan de estudios. En el documento final de ese grupo de trabajo se rescataron algunos elementos comunes a distintas líneas de recreación pero quedó pendiente el seguir abordando cuestiones que atraviesan más de una postura teórica para seguir reflexionando.
En los últimos cuatro meses acompañé a estudiantes de Educación Física en su formación desde la cátedra de Recreación[2]. Luego de este período, el encuadre organizacional demandaba que los mismos cumplimentaran un examen escrito. Con la idea de que pusieran en juego lo que habíamos estado discutiendo les propuse un examen que iniciaba con un relato inacabado de una propuesta. En el final del texto quedaba planteado un conflicto entre los miembros del grupo a partir de la actividad que habían desarrollado.
La tarea que los estudiantes tenían que realizar era hacer un diagnóstico, seleccionar lo que a su criterio fuera la situación que reclamaba con mayor urgencia e importancia su intervención, plantear cuál sería la misma si hubieran tenido que coordinar al grupo a partir del momento en que se cortaba el relato por una hora y media más, y analizar la intervención que planteaban clasificándola en alguna de las líneas de recreación que habíamos desarrollado.
De los 41 trabajos, 4 consideraron su intervención como dentro del marco de la Recreación (llamada por algunos Recreación Práctica), 2 en el ámbito de la Animación Sociocultural y los restantes identificaron sus propuestas como pertenecientes al ámbito de la Recreación Educativa.
Una vez que inicié la corrección de los trabajos, al comparar el nivel de participación que se les proponía a los recreandos en las actividades y cómo consideraban clasificada “teóricamente” la propuesta los estudiantes que las habían ideado, los números eran diferentes. Esto me hizo preguntarme acerca de cuáles podían ser los motivos de la discordancia. Algunas preguntas empezaron a sonar:
¿Qué es lo que cada uno de los futuros docentes entiende por “participar”?
¿Qué se leyó al respecto en los textos?
Este fue un aspecto sobre el que no se avanzó en las discusiones en la Comisión Abierta. Reflexionar sobre el tema es el intento de este escrito.

Volviendo a los libros...
            A veces no viene mal, por obvia que parezca, una consulta al diccionario. Sobre participar dice: “…ser de los que hacen, disfrutan o padecen cierta cosa que se expresa... Recibir una parte de algo que se reparte...Colaboración...Cooperación...Comunicar. Informar. Notificar...”[3]
                        ¿Qué se dice en el ámbito de la recreación al respecto...?
            A los efectos de hacer un primer abordaje, se utilizan como corpus de este escrito,  tres trabajos realizados por diferentes autores.
CUTRERA[4] (1990:24) presenta en la primera parte de su libro “Técnicas de recreación”[5] bajo el título de “Algunos conceptos básicos” las siguientes afirmaciones:
            “Podemos señalar una división notoria en las formas de actividad recreacional explicadas anteriormente, a modo de clasificación: se trata de las eminentemente receptivas y las fundamentalmente ejecutivas...intencionalmente las hemos ubicado siguiendo un orden. Este orden lo determina –a nuestro criterio- la valoración de posibilidades de participación directa de la persona en ellas... Existen dos formas básicas recreacionales: pasivas y activas (espectador-actor). En la primera, la actitud del hombre es sólo receptiva (...) En las activas, el hombre se ve impulsado a erigirse en actor de sus procesos recreacionales. Nunca debiera existir una parcialización absoluta hacia una u otra forma. El hombre “inquieto” necesita de ambas formas...”
Por otro lado, WAICHMAN (2000:139, 140,141) en el capítulo 11 de “Tiempo Libre y Recreación. Un desafío pedagógico” afirma con respecto a la propuesta de recreación que está describiendo:
“Tiene como criterio fundamental de trabajo procurar desarrollar la participación efectiva, consciente y comprometida a través de organizaciones autogestivas (autocondicionamiento)...el mejor modo de cumplir los objetivos de esta tarea consiste en que los participantes logren hacerse cargo de todos los aspectos de organización y desarrollo de la misma y hasta fijar los objetivos: autogestión. Es que el problema consiste en que primero hay que aprender a participar ... nosotros, los recreólogos, seremos facilitadores del aprehender el tiempo libre (esto es, la recreación desde lo sistemático) para que, posteriormente, el participante lo genere y lo desarrolle.”
ANDER EGG (1997:24,26) en el capítulo 2 de “Metodología y práctica de la animación socio-cultural” enumera las características de la Animación Sociocultural y sostiene que;
“no hay animación sin participación...con esta intencionalidad orientada a generar procesos de participación y a promover la responsabilidad colectiva, la animación se transforma en un instrumento de creación de poder popular...el objetivo es el de suscitar la iniciativa y responsabilidad personal, grupal y colectiva para lograr la participación de la gente…cabe advertir (...) que la participación es un objetivo a alcanzar. Dicho en otras palabras: la participación no está en el punto de partida como algo que se logra con sólo decirlo; es un punto de llegada, lo que presupone un camino o proceso a recorrer, pero que desde el momento avanza con formas y modalidades participativas.”
            Los tres autores fueron leídos en el contexto de la cátedra. Los tres hablan de participación pero; ¿están hablando de lo mismo...?
            En principio los actores de los que hablan son diferentes[6]. CUTRERA alude a “la persona”, “el hombre”. WAICHMAN a “los participantes”, “el participante”. ANDER EGG de “la gente”.  La gradación que se advierte marca un nivel de complejidad creciente de los actores que cada uno define. Para el primero será la persona, para el segundo la persona y el grupo y el tercero incluye al planteo anterior un colectivo más abarcativo.
            En cuanto a la acción que refieren ligada con el término en cuestión; CUTRERA contempla dos formas de participación: pasiva que ubica al sujeto como espectador[7] y activa que lo propone como actor[8].WAICHMAN describe una que caracteriza como
“efectiva, consciente y comprometida”.  Efectiva deriva de la palabra efecto que significa hacer[9]. En este punto parecería haber coincidencia entre ambos autores. Consciente “se aplica a una persona que obra…sabiendo lo que hace y el valor y significado de ello.”[10] Comprometida, tiene relación con comprometerse que significa “obligarse. Prometer formalmente hacer cierta cosa.”[11] ANDER EGG iguala la animación a la participación.  Dice que está última es razón de existencia de la primera. Señala que la animación es un “instrumento de creación de poder popular”. Al haberla ubicado como término intercambiable con el que nos ocupa, extiende esta definición al concepto de participación.
Por último, la describe como un proceso.
            Como vemos los tres autores utilizan la misma palabra pero ésta no apunta ni a los mismos actores ni significa, representa, alude a lo mismo.

El término y su contexto.
            Las situaciones histórico políticas del devenir de la Argentina vienen a enriquecer la polisemia de la palabra “participación”.
Las elecciones fraudulentas que se sucedieron durante “la década infame”, el ingreso en la política de las clases medias urbanas con el partido radical, el surgimiento del movimiento justicialista a mediados de 1940 y el crecimiento del sindicalismo, los movimientos y cambios sociopolíticos entre 1960 y 1970. Este flujo social, varias veces interrumpido por golpes militares, hace su aporte al significante del vocablo. Lo carga de peso sociopolítico. Participar remite, para algunos, indisociablemente a una participación social que supone un cambio en la estructura de poder, un medio de reformular modelos de subordinación (¿cercano a aquello de lo que hablaba ANDER EGG…?)
            La última dictadura militar, la liberalización de la década de 1990 ha reformulado la carga sociopolítica que el término tenía para algunos. Para participar, para muchos, basta con “poner el cuerpo”.
 En recreación, como en cualquier espacio en el que haya una práctica social mediada con roles preescriptos con diferente posibilidad de decisión (docentes, coordinadores), la implicancia de la palabra está atravesada por la impronta que quien coordina le da (conforme a su posicionamiento ideológico, a la idea de sujeto a partir de la cuál propone su intervención), que le da la organización en la que su trabajo está inserto y que priorice el grupo social con el que está desarrollándose la práctica. En la conjunción, en el encuentro de esos actores, el término se convierte en acto y el acto define el concepto. Acto y concepto definen ideología. La ideología alimenta el constructo llamado “realidad”.
Cuando aparece un cierto grado de coherencia entre lo que se enuncia y lo que se propone como acción desde el rol coordinador, la tarea adquiere para los recreandos (y para compañeros de trabajo, superiores, familiares de los recreandos, etc) previsibilidad. La misma, además de favorecer la salud mental, permite a los recreandos plantear explícita o implícitamente estrategias de abordaje de la propuesta, los coloca en el primer grado de participación posible. Frente a lo esperable, la asistencia a la actividad, la sola presencia física, los involucra en el hacer que acontecerá. Pero entre esto y el protagonismo (que podría proponerse como el mayor grado de participación posible) o la autogestión (que menciona WAICHMAN) hay mucha distancia.
El diccionario define protagonista como “...El que desempeña el principal papel en un hecho cualquiera.[12]” Claro que este término nos conduce a otro con el que aparece asociado habitualmente en los textos de la disciplina, la autonomía. En este caso, la definición reza: “Independencia. Libertad… Se emplea también en referencia a personas, significando facultad para gobernar las propias acciones, sin depender de otro…”[13]
Es interesante recordar lo que dice FREIRE (2003:58) al respecto. Él dice que la autonomía es un derecho relativo a cada ser humano; “un imperativo ético y no un favor que podemos o no concedernos unos a otros”. No la describe como el final de un proceso. La autonomía grupal puede serlo pero se basa en reconocer desde el inicio a cada uno de los miembros del grupo como sujeto portador de ese derecho. Imposible ejercer ese derecho sin información que permita decidir. Información y cierta coherencia entre lo que se enuncia y lo que se hace son entonces elementos mínimos para la construcción de un contrato que sostenga el encuentro entre personas.
Otro término asociado a esta cadena de significantes es el de autogestión. Suele no haber definición en los diccionarios para esta palabra compuesta. En un intento de comprensión podríamos dividir el término en el prefijo “auto” y especular que el mismo se refiere a algo propio. Gestión si tiene un sitio en los textos, en donde se puntualiza “diligencia. Acción que se realiza para la consecución de algo o la tramitación de un asunto.”[14] Parecería entonces que la autogestión requiere no sólo un hacer corporal sino que involucra también una intención previa al hacer. Y una instancia de evaluación posterior al acto para comprobar si lo que se pretendía se logró. Esto introduce otro aspecto que complejiza la participación que refiere a la reflexión, al pensamiento crítico. En esta línea podría leerse parte del fragmento del texto de WAICHMAN cuando dice;
“…el mejor modo de cumplir los objetivos de esta tarea consiste en que los participantes logren hacerse cargo de todos los aspectos de organización y desarrollo de la misma y hasta fijar los objetivos: autogestión…”
ANDER EGG suma la responsabilidad como elemento de este planteo al decir:
“...con esta intencionalidad orientada a generar procesos de participación y a promover la responsabilidad colectiva…”
            Responsable se define como “encargado de cierta cosa de la que responde”[15] Que esta acción sea colectiva implica el desafío de aunar criterios y de distinguir lo importante, lo crucial de la situación sobre la que operar.

La consigna: eslabón entre lo que se enuncia y lo que se propone.
            ¿Cómo se plasma esto en la acción?
            La estructura de una propuesta (si se trata de una serie de actividades en torno a un tema, si nos referimos a un taller, si hay una idea fuerza que aglutina las intervenciones y las producciones entre otras posibilidades) facilita, al delimitar el encuadre, un posicionamiento tanto de quien coordina como de quien va a ser coordinado.
            Las construcciones de estos sitios que los autores hacen también son diversas.
CUTRERA (1990:12, 13, 14 ) dice:
“…muy pocos seres humanos están capacitados para utilizar debidamente ese , su propio tiempo [esta hablando del tiempo libre]…está necesitando cada día más la orientación que le permita ordenar sus posibilidades hacia las pautas que constituyen su verdadera esencia de vida…frente a un mundo con una tendencia claramente definida al ocio, debemos encauzar nuestras aptitudes de docentes o conductores para capacitar a niños, jóvenes y adultos para el sano uso del ocio en toda su vida…la persona dotada de una gran capacidad cultural intelectual, sabe más; al saber más, conoce más cosas; al conocer más cosas, lógicamente, puede también estar capacitado para una mejor captación sensitiva, emocional y profunda de mayor cantidad de cosas…nuestra función nos enfrenta con innumerables oportunidades para poner en manos de nuestros educandos, entrenados o discípulos, cualquiera sea su nivel cultural, formas recreacionales de jerarquía…”
CUTRERA describe en este fragmento las características del coordinador y del recreando. Al primero le atribuye como una de sus tareas la de orientar elecciones que conduzcan a sus coordinados hacia “su verdadera esencia de vida”, la capacitación de éstos en “el sano uso del ocio”. Por otro lado lo describe como una persona con “una gran capacidad cultural intelectual”.
Del segundo pone en duda su capacidad para utilizar debidamente su tiempo libre. En otra parte del fragmento explica que los contenidos a transmitir son “formas recreacionales de jerarquía”. En la página 24 de su libro habla de “la calidad de lo presentado”.
 En “Tiempo Libre y Recreación” WAICHMAN (2000: 138,140) sostiene:
“No nos planteamos si “nos recreamos”. No porque se coincida o no sino porque el marco de la definición se hace desde el sistema y no desde el individuo… es válido afirmar, desde lo individual que “me recreo” en tanto sea protagonista de mi tiempo libre...el docente en este modelo debe ser, inexorablemente, libre en su propio tiempo. Sólo a partir de su propia necesidad autocreada podrá intentar que otro la genere…Ningún docente de ningún ámbito educativo alguno podrá hacer que sus educandos logren ser lo que él no es…el recreólogo debe preparar para el tiempo libre como opuesto al tiempo de obligaciones porque el sistema social (educación, familia, etc.) no lo hizo…”
            El texto construye a un coordinador que ha tenido que pasar por la experiencia para poder alentar a otros a realizarla, que debe enfrentarse a lo que el sistema ha hecho con las personas con las que trabajará.
            El objetivo que plantea para quien va a realizar la experiencia como recreando es que sea protagonista de su tiempo libre. Por otro lado aclara que pone el acento en el sistema y no en quien va a “hacer uso” de él.
Tanto CUTRERA[16] como WAICHMAN[17] manifiestan preocupación por que quien se está recreando no se transforme en consumidor en el espacio de tiempo libre.
ANDER EGG (1997: 30,31) plantea:
“…el estilo de trabajo propio de la misma [se refiere a la Animación Sociocultural] procura siempre la inserción en el proceso que vive la gente. El animador debe llevar a cabo sus actividades, como parte e inserto en ese proceso. En este esfuerzo o capacidad de adecuación, la sensibilidad y flexibilidad del animador juega un papel fundamental…consideramos importante tener en cuenta dos realidades que se dan en todo grupo o colectivo:
§   La práctica de la misma gente: lo que hace (o lo que deja de hacer), sus círculos o centros de interés, sus preocupaciones o inquietudes y, de manera especial, sus experiencias de la vida real;
§   El nivel de conciencia real que tiene la gente que participa en estas actividades…”
El coordinador que construye el autor es un actor que está al servicio de un
proceso que lo excede, en el que él o ella  se incluyen en un momento determinado.
            El rol de recreandos que propone ya los muestra en acción. Qué hacen o qué harán con el coordinador y/o animador es algo a construir en conjunto.
            En las dos primeras posiciones descriptas hay una vacancia en los recreandos y una intervención a realizar por parte del coordinador para llegar a un sitio ya descrito. En el caso de CUTRERA desde formas recreacionales de menor jerarquía a formas recreacionales de mayor jerarquía. En este proceso al coordinador se le atribuye “una gran capacidad cultural intelectual y se le adjudica la  función de orientador de elecciones. En el texto de WAICHMAN el recreando debe ser alentado para transformarse en protagonista de su tiempo libre y el coordinador es alguien que puede hacerlo porque ya atravesó esa experiencia.
            En la propuesta de ANDER EGG, el sitio al que llegar es desconocido tanto para el coordinador como para los recreandos. Pero está claro que se quiere ir de una actitud de menor participación a otra de implicación creciente. El coordinador asiste en un proceso que lo excede y no sabe a dónde va el proceso, puede ayudar en cómo transitarlo.
            Pero hay algo más en lo que quisiera detenerme. Un aspecto tan pequeño y tan elemental que a veces su análisis pasa inadvertido. La consigna. No voy a referirme en este trabajo a los estilos de participación del coordinador de un grupo (aspecto que también tiñe la intervención de una carga particular) sino a lo que la consigna lleva en sí como espacio para que quien la resuelve pueda mostrarse. La pregunta será entonces, en qué medida el tipo de consigna permite que participe quien está siendo coordinado.
            Una clasificación burda pero útil en cuanto el nivel de previsibilidad de las acciones que desatan las consignas podría ser:
-consignas cerradas: son aquellas en las que el docente o el coordinador puede prever casi con certeza cuál será la producción que resultará luego de la enunciación. Por ejemplo:
“-Por favor, hagan una ronda.”
-consignas semicerradas o semiabiertas: son aquellas en las que el docente o el coordinador tiene un menor grado de certeza en relación a cuál será la producción que resultará luego de la enunciación. Por ejemplo:
“-Por favor, en la hoja que acabo de entregarles hagan un dibujo con lápiz.”
-consignas abiertas: son aquellas en las que el docente o el coordinador casi no puede prever cuál será la producción que resultará luego de la enunciación. Por ejemplo:
“- Busquen una manera de contarle al resto de los compañeros qué palabra eligieron como descripción de la sensación que les dejó este trabajo.”
            La diferencia entre estas consignas funciona a doble vía. Por un lado en grado creciente, desde las cerradas a las abiertas permiten que quien está participando en la actividad muestre más de sí, a sus compañeros y al coordinador. Por otro, en el mismo sentido, aumenta la incertidumbre en relación con las producciones para el coordinador.
Esto vuelve a confrontar a quien coordina con su posibilidad de llevar a la práctica lo que declama teóricamente. No hay participación creciente del coordinado si no se le otorga un espacio de visibilidad. En la visibilidad se advierten los acuerdos y las diferencias y aparece el conflicto. Qué se hace con el conflicto. Qué se propone frente al conflicto es un tema vasto en educación, en ciencias sociales y en la política, que excede las pretensiones de este escrito, pero que no puede ignorarse. A veces rehuyendo al conflicto se cercena o se acota la posibilidad de participación. Lo que sería honesto revisar es la seguridad de quién se está garantizando con esta retirada y si se puede construir un espacio social de tolerancia si esto nunca se aborda.

Hacia el final.
Alguien puede haber iniciado la lectura de este texto pensando que en él iba a encontrar cómo actuar con un grupo en función de la participación. Me pareció más interesante proponer una reflexión al respecto que señalar un camino quizás advertida por FREIRE (2003:78) que sostiene: “Uno de los equívocos funestos de los militantes políticos de práctica mesiánicamente autoritaria fue siempre desconocer por completo la comprensión del mundo de los grupos populares. Al verse como portadores de la verdad salvadora, su tarea no es proponerla sino imponerla a los grupos populares.”
Empecé este trabajo preguntándome qué entendían por participar los estudiantes con los que compartía un espacio de enseñanza-aprendizaje. Pero también me interesaba analizar porqué había contradicciones entre  las intervenciones que proponían y la lectura teórica (en cuanto a bajo qué línea de recreación clasificaban sus intervenciones). ¿Sería por no haber encontrado cómo llevar a la práctica aquello con lo que decían acordar…? ¿Porque tenían una forma de trabajar pero no sentían que fuera “políticamente correcto” enunciar teóricamente que estaban de acuerdo con determinado posicionamiento del sujeto coordinador y del sujeto recreando? ¿Se habrían planteado el tema de la coherencia…?
La búsqueda de coherencia entre la definición de un posicionamiento teórico y la acción me parece un tema complejo. Creo que es necesario, para la salud mental propia y de quienes lo rodean a uno, (como ya sostuve en otra parte del escrito), intentar disminuir la tensión entre ambos elementos todo lo que esté al alcance de uno. En la práctica, las intervenciones desde las tres líneas de recreación conviven, pero puestos a hablar de posicionamientos, no todos admiten desde qué modelo intervienen más. Y digo “más” adrede. Considerando que hay muchos factores que pueden atenderse para que alguien en diferentes momentos apele estratégicamente a una forma de intervención y no a otra. Creo que lo interesante es que la elección resulte algo meditado y que uno sea consciente y se haga cargo del posicionamiento que asume en cada momento.
Si se habla de formación de profesionales para intervenir con personas el piso mínimo me parece la posibilidad de fundamentar las propuestas que desde el rol de coordinador se les hacen a los grupos. Entender y aceptar que en esto hay diversidad me parece que tiene que ver con tolerar las diferencias. Diferencias ideológicas que existen en este campo de trabajo y en todos. Si el estudiante no tiene la posibilidad de expresar desde dónde puede/quiere trabajar, porqué y  cómo. Si el docente no lo acompaña en la construcción de su rol coordinador, entonces me parece que uno como docente no forma profesionales. Adoctrina. Y si uno fue adoctrinado cuánto más difícil, me parece, le resultará abrir un espacio de posibilidades a quienes son coordinados por uno; sea en una propuesta de recreación o en cualquier intervención. 
La conciencia del coordinador de su posicionamiento ante la intervención, registro del recreando de su nivel de participación, aleja a los sujetos involucrados en la práctica de la posición de “consumidores de la recreación” y los traslada a la posición de los individuos utilizando medios según necesidades.
Luego viene otro planteo que tendrá que ver con cómo tensionan lo individual, lo grupal y lo social a la hora de decidir los satisfactores de las necesidades. Pero esa, es otra historia.

Bibliografía:
ANDER-EGG,Ezequiel (1997); “Metodología y práctica de la animación socio-cultural” Editorial Humanitas. Capítulo 2: Características de la animación socio-cultural y tipos y áreas de evaluación.
ANDER-EGG,Ezequiel (2002) “La Práctica de la Animación Sociocultural y el léxico del Animador”, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Perú.
CUTRERA, Juan Carlos (1990);”Técnicas de Recreación”. Editorial Stadium. Primera Parte: Algunos conceptos básicos.
FREIRE, Paulo (2003); “Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa”, 1° edición, Siglo XXI Editores, Argentina.
MOLINER, María (1992); “Diccionario de uso del español”, Tomo H-Z, Editorial Gredos S.A., Madrid.
WAICHMAN, Pablo; (2000) “Tiempo Libre y Recreación. Un desafío pedagógico”, Editorial Kinesis. 

[1] Ver “Documento final sobre CAMPO DE LA RECREACION” de la Comisión Abierta con Temario Cerrado, Buenos Aires, Argentina, Agosto 2006 en  http://www.istlyrecreacion.edu.ar/istlyr.htm
[2] Gracias a 4° A y B del Instituto Vélez por compartir esta instancia de aprendizaje.
[3] MOLINER, María (1992); pág. 649.
[4] Para aquellos que no conozcan el currículum del autor es interesante leer al respecto en la página 2 de su libro. Allí relata que su desempeño en el área abarca desde 1958 a 1977.
[5] Algunos autores denominan a las propuestas que se inscriben en la línea de las presentadas por CUTRERA como “recreacionismo”. Es necesario señalar que este autor no denomina de esa forma al conjunto de sus propuestas. Generalmente las mencionan bajo el nombre de  “actividades para el ocio” (pág. 24), “actividad recreativa” (pág. 25)
[6] Es conveniente señalar que los fragmentos elegidos si bien simplifican el análisis, son representativos de las  posiciones desarrolladas en los citados textos.
[7] En este punto es necesario señalar que autores como VERON, GONZALEZ REQUENA, MERLEAU PONTY entre otros plantean el rol coproductor del sujeto espectador, de manera tal que disienten con la “participación pasiva” de la que habla el autor.
[8] MOLINER, María (1992); pág. 46, “Se aplica al que hace la cosa de la que se trata” La condición mínima para esta calificación es la de hacer sin que se describa con precisión cuáles son las características del mismo.
[9] MOLINER, María (1992); pág. 1055.
[10] MOLINER, María (1992); pág. 731.
[11] MOLINER, María (1992); pág. 701.
[12] MOLINER, María (1992); pág. 867.
[13] MOLINER, María (1992); pág. 308
[14] MOLINER, María (1992); pág. 1396.
[15] MOLINER, María (1992); pág. 1020.
[16]…en los propios hogares donde los elementos de entretenimiento pasivo y masificante (en especial la televisión), ocupan el papel preponderante en la estructura recreacional de las familias…” (pág. 12)
[17] “Se distancia de la noción de entretenimiento o diversión en tanto estos términos suponen un consumo del tiempo… Intenta desarrollar aprendizajes para el uso positivo y creativo del tiempo libre, no sólo para su consumo…” (pág. 138, 139)